domingo, 20 de abril de 2014

Eisenhower, el depósito de gasolina y los cristales sucios

Como lo prometido es deuda (menos en política, que lo prometido es una cosa -suya- y la deuda otra cosa -nuestra-) aquí va mi particular reflexión sobre la matriz de Eisenhower.

Llegué al mundo de los recursos humanos un poco por casualidad hace ya 6 años, y desde entonces, entre formación y estudio he ido conociendo algunas herramientas que me han resultado también útiles en mi trabajo como fisioterapeuta (por ejemplo este método de Autoevaluación). Una de ellas ha sido la matriz de Eisenhower. Resumiendo mucho es un algoritmo para organizar las cosas que tendríamos que hacer atendiendo a dos variables, la urgencia y la importancia. Hace algo más de tres años empecé a incluirla dentro de los grupos de pacientes con dolor de espalda, como una herramienta para gestionar el estrés con buenos resultados (y no, antes de que nadie me pregunte, no he realizado mediciones exactas, más allá de los cuestionarios de satisfacción general del curso, en los que sí que ha recibido comentarios positivos lo cual me animó a seguir utilizándola).


    
Claro, una cosa es conocerla y otra diferente aplicarla. Después de unos cuantos años usándola me he dado cuenta de que el gran problema está en los conceptos "Urgente" e "Importante", que culturalmente en la zona del Mediterráneo tendemos a confundir... No todo lo importante es urgente, ni todo lo urgente es importante. Vamos a ver si lo aclaro.

URGENTE
Empiezo por este concepto que suele ser más sencillo. Aunque lo que voy a decir no es del todo correcto (o mejor dicho, no es del todo completo) podríamos reducir el concepto urgencia a un cociente, una división entre el tiempo que me va a llevar hacer una cosa y el tiempo que tengo como límite para hacerla. Por poner un ejemplo: hacer la declaración de la renta me va a llevar, exagerando, tres tardes, una primera cita, otra para buscar algún documento, otra cita más, la definitiva (1,5 días), pero tengo para ello todos los días desde aquí al 30 de junio (71 días). Una división rápida (1,5/71 = 0,021)  me indica que hoy, hacer la declaración de la renta, no es urgente. Si este mismo pensamiento lo hiciese el 25 de junio la cosa sería diferente (1,5/5 = 0,3... tengo que hacer la declaración a toda hostia muy rápido). 

IMPORTANTE
Y aquí es dónde solemos tropezar. Solemos pensar que lo que es urgente es importante, o que lo que nos gusta es importante, o que lo que tiene que ver con el trabajo es importante, o que lo que tiene que ver con la familia es importante, o a veces vamos pensando que algo es importante en un momento, y luego de repente deja de serlo... y nos liamos, y nos lían. 
Lo importante se explica respondiendo a la siguiente pregunta: ¿cuáles son las consecuencias REALES en el caso de que no lo haga? Y subrayo la importancia de reales, que quiere decir que no son las que yo creo que... sino las que son. Si las explico con el verbo "creo", no son reales. (A veces, desde nuestra subjetividad, no las percibimos bien, y puede ser útil escuchar la opinión de los demás, que aún siendo subjetivos, aportan un punto de vista menos "contaminado" por nuestras decisiones previas o por nuestros intereses).

Un par de ejemplos que ayudan mucho en los cursos:
- poner gasolina al coche (imaginando que uso el coche, no que es un adorno): la consecuencia real de no ponerle gasolina al coche es que la gasolina se acaba y el coche se queda parado. Fin de la cita. Que me pueden poner una multa no entra dentro de las reales, sino de lo posible. Ponerle gasolina al coche es IMPORTANTE siempre. ¿Y cuándo es urgente? No dependerá solo de la gasolina que tengo (o sea, de cuando se enciende la luz). Dependerá de la relación entre la gasolina que tengo (tiempo a disposición) y los kilómetros a los que está la próxima gasolinera (tiempo necesario). En Australia, con una gasolinera cada 300 o 400 km, puede ser urgente poner gasolina con el depósito a la mitad.

- limpiar los cristales de casa (en los cursos de dolor de espalda tengo muchas amas de casa, y este ejemplo funciona muy bien) : consecuencia real de no hacerlo: siguen sucios, se ven sucios, en casa entra menos luz... y a no ser que tengamos una patología en la que no podemos ver cosas sucias, esto no es importante. Sin embargo, si volvemos a pensar en el coche, nos damos cuenta de que no limpiar el cristal delantero de un coche tiene como consecuencia real disminuir mi visibilidad cuando conduzco..., ¿qué decís? ¿parece importante?. De nuevo, la urgencia dependerá de cuando voy a tener que viajar con el coche. Si no pienso hacer un viaje en dos meses, seguramente no será urgente.

El problema por el que nos suele "faltar" tiempo (otro día hablaré de esto, el tiempo no puede faltar) es porque le damos importancia a cosas que no la tienen... o porque no delegamos aquello que podemos delegar (no todo es delegable, sobre todo si es urgente e importante, pero si hemos planificado bien, solemos tener también la posibilidad de realizar las cosas que acaban en el tercer cuadrante). Conviene recordar lo que decía Eisenhower "las cosas urgentes rara vez son importantes, y las cosas importantes, rara vez son urgentes".

A los que hayan llegado hasta aquí y estén pensando: "Sí, muy bonito, pero en mi realidad eso no funciona, no todo son cristales y depósitos" (que estáis ahí, lo sé...) solo añadir una cosa, se llama Matriz de Eisenhower porque fue la herramienta con la que planificó todo lo que era necesario llevar a cabo para reconquistar Europa a los alemanes en la Segunda Guerra Mundial... personalmente no creo que ninguno manejemos más variables que las que tuvo que manejar él... y visto lo visto, parece que funcionó...

Buena lectura.

Pd: Las consecuencias reales de no dormir, o de no dedicarse tiempo a sí mismo (relax, ocio...) son una bajada de las defensas del sistema inmunitario y menor capacidad de concentración... lo digo por si alguien, para hacer más cosas, ya está pensando en quitarle tiempo al dormir o a la diversión... son importantes... y a veces urgentes...

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