sábado, 24 de enero de 2015

La primera en la frente.... o en cualquier otro lado

Pues ya está. Siete meses y veintisiete días. Eso es lo que ha tardado Elisa en caerse. En darse una leche mo-rro-co-tu-da. Elisa, para los que no lo sabéis, es mi hija. Y se nos ha caído. Así, con esa facilidad que tienen los niños para caerse, que un momento están donde tienen que estar y un momento después están siguiendo las leyes de la gravedad y besando el suelo. Ha sido la primera. Y presiento que no va a ser la última. 

La caída fue hace unos días, y nos ha deparado dos buenas noticias. La primera es que no le ha pasado nada (de lo contrario no estaría yo aquí tan pancho escribiendo mi blog mientras ella se dedica a seguir haciendo pruebas de la ley de la gravedad, eso sí, esta vez con sus juguetes, que como decía el ministro, los experimentos en casa y con gaseosa). La segunda buena noticia no es para nosotros. Es para su futuro. Ahora me explico.

A Elisa probablemente algún día le duela algo. Es lo que tiene esto de vivir, que de vez en cuando te despiertas con dolores, será por su trabajo, será por el estilo de vida que tenga o será por lo que tenga que ser. Y probablemente cuando le duela algo vaya a un fisioterapeuta a que le miren (intento no tratar familiares si las circunstancias me lo permiten). Pues la buena noticia es para ese fisioterapeuta del futuro, que cuando la explore por su dolor de cuello, o de cabeza, y antes de haber descartado otras hipótesis mucho más plausibles, le podrá preguntar "¿Y no sería que de niña te llevaste algún golpe fuerte?". Pues sí, Elisa se ha llevado un golpe. Como todos. Y en fisioterapia recurrir a esos golpes de los primeros años de vida a falta de una explicación mejor es como esos psicólogos que lo resuelven todo con un trauma con tus padres. Y si les dices que tu no has tenido ningún trauma con tus padres pues te responden tan ufanos que eso es lo que tú te crees, pero que el trauma está ahí....

Pues eso, que todos nos hemos llevado golpes en la frente. Y en los morros. Y en las caderas. Y en la mayoría de los casos no van a ser los responsables de nuestros dolores futuros. Pero hay mucho sanitario (fisioterapeuta y no solo)  al que lo de los traumas pasados les mola mucho. Sobre todo porque no se pueden tratar, porque no se pueden curar... porque sabes, eso siempre va a estar ahí y de vez en cuando te va a estar dando problemas.... en fin, a lo mejor esa manera de pensar se debe a un golpe que se llevaron cuando eran pequeños, y por eso también está siempre ahí...

Muchas gracias y buena lectura

viernes, 23 de enero de 2015

Y tú, ¿te comunicas?

... a menudo me hago esa pregunta cuando intento explicar de qué son los cursos que hago, (si Watzlawick me oyese me diría que sí, que no puedo no comunicarme)... porque a veces no me queda muy claro si se transmitir en que consiste ese tipo de formación en habilidades que pone en mi perfil de Linkedin... Y cuando veo la cara de las personas a las que intento explicárselo, su comunicación no verbal me deja claro que no es siempre fácil de entender (vamos, che el bueno de Paul me diría que me comunico mal).

Por eso le agradezco enormemente a Patricia Moreno (@Hallia_) una entrada a propósito del seminario al que acudió hace unos días... probablemente ella, como participante, pueda transmitir algo que ha vivido en primera persona de una manera mucho más nítida. 
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El pasado viernes 16 de enero tuve el placer de acudir, junto a otros 16  afortunados,  al  seminario  sobre  comunicación  “¿Conectas  con  tu paciente o conectas a tu paciente? Estrategias de comunicación en ámbito sanitario” en la UEM, impartido por el  fisioterapeuta Luis Torija,  autor de este blog.
En un inicio, nada diferente a otros cursos. Mesas, sillas, un ponente y un power point. Sin embargo, ese terreno conocido nos duró apenas una hora. Tras una presentación teórica clara y concisa sobre comunicación, una breve pausa y manos a la obra. Tocaba mojarse. A través de actividades lúdicas (de las que no diré más por si alguna vez tenéis el lujo de asistir a un seminario  como  éste),  pudimos  experimentar  la  importancia  de  saber comunicarnos,  del  trabajo  en  equipo,  de  saber  organizar  tareas  y  de detectar los puntos fuertes de cada uno de los integrantes del grupo.
Tras  cada  una  de  las  actividades,  una  puesta  en  común  de  lo experimentado y una reflexión para interpretar las conclusiones del grupo, traduciendo  la  metáfora  del  juego  a  lo  verdaderamente  importante  en nuestro día a día: la relación con el paciente, el proceso de comunicación con ellos y cómo hacer que eso sea más eficaz. La novedad y la mayor diferencia en relación a la formación a la que estamos acostumbrados: la formación basada en la experiencia. Se aprende mejor y se interioriza más aquello que experimentamos en primera persona, frente a lo que leemos o nos cuentan. En contraste con la formación en técnicas y métodos, formarnos en habilidades de comunicación supone una gran diferencia con respecto a lo que  solemos  hacer,  pero  un  complemento  indispensable  para  nuestro trabajo que deberíamos recibir desde la base y que nadie se molesta en hacernos llegar.
Únicamente le encontré un punto negativo, y nada tiene que ver con el curso en sí mismo. La falta de formalidad de aquellas personas que se inscribieron a una actividad gratuita y luego no acudieron ni avisaron de que no fueran a hacerlo, perjudicando así a aquellos que quedaron en espera de un hueco. Una lástima que se perdieran tan interesante experiencia, aunque confío en que en un futuro se organizarán más ediciones, ya que es una oportunidad  para  desarrollar  algo  tan  imprescindible  como  la  forma  de relacionarnos  y  de  hablar  con  nuestros  pacientes,  para  poder  crear  unarelación terapeuta-paciente óptima que nos permita cumplir los objetivos deambos de manera satisfactoria. En  resumen,  una  formación  de  calidad  con  un  gran  ponente (o facilitador,  que sé que le gusta más) que domina la materia y que supo hacernos entender, participar y disfrutar de una formación diferente pero tremendamente importante para nuestra labor diaria. Repetiría sin dudarlo y con los ojos vendados.
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Muchas gracias y buena lectura