martes, 24 de septiembre de 2019

Feliz inicio de curso

Septiembre. Mes de inicio de clases. Los que vuelven después de dos meses sin abrir un libro. Los que llegan por primera vez. Los ojos abiertos. Las expectativas por las nubes. Las ganas.... o las no ganas.... Todo posible ese primer día de clase.... 
Luego pasan cuatro años y empezáis a preguntar cómo seguir formándoos, y me pregunto y os pregunto qué es lo que habéis estado haciendo todo ese tiempo (y me pregunto qué es lo que hemos estado haciendo como profesores todo ese tiempo).
Os lo digo el primer día de clase y no me creéis. Os lo vuelvo a decir en segundo y seguís sin creerme. Hay unas palabras mágicas que son la clave: anatomía, fisiología, biomecánica, patología, metodología. Dejadme que os cuente la película.
Acabaréis la carrera y os entrarán unas ganas locas de hacer un Master, un postgrado, de formaros en esta o aquella técnica. Habrá un montón de gente interesada en quedarse con vuestro dinero en completar vuestra formación con las últimas técnicas, los aparatitos más nuevos, las siglas más grandilocuentes. Y vosotros estaréis deseosos de seguir haciendo formación. Y os pasará porque tenéis la sensación de que lo que os hemos enseñado (mea culpa) no sirve para tratar a los pacientes. De que tal o cuál técnica no "funciona".  Y en muchos casos seguiréis así durante bastantes años. Hasta que cada cual por su camino vaya calmando esa sensación de "me falta me falta me falta"... y un día, muchos, descubriréis que lo que realmente faltaba, estaba ya en el plan de estudios que cursasteis.



Se que os encantan las asignaturas propias de fisioterapia, las que tienen prácticas, mover, movilizar, masajear, vendar.... jugar a ser "fisios". Y os encantan porque os acercan a la imagen que se proyecta del profesional en vuestra cabeza. Pero creedme, de todo lo que os hace falta aprender para ser fisioterapeutas, esas no son la parte fundamental.

Lo primero. Anatomía, fisiología y biomecánica. Empezar la casa por los cimientos. La anatomía no como la santísima trinidad origen-inserción-acción. No. Más allá. Innervación. Vascularización. Relaciones anatómicas, dirección de las fibras. Quién-pasa-por-encima-quién-pasa-por-debajo-quién-contiene-qué-cosa. La anatomía conocida como los taxistas conocían las ciudades antes de que existiera Google. Anatomía en los atlas virtuales, sí. Pero también en los textos clásicos, que  describen cada una de las fibras nerviosas, de los paquetes vasculares.... Anatomía no para aprobar un examen, sino para saber dónde está sucediendo lo que sucede. Añádele si quieres anatomía ecográfica, palpatoria.... todo suma, y todo vale.
Y con Anatomía, su hermana: Fisiología. ¿Cómo suceden las cosas? Básica para cualquier sanitario. Imprescindible si queremos saber cómo funciona el cuerpo cuando está sano, qué le pasa cuando enferma, y sobre todo, cómo funciona lo que yo estoy haciendo. Neurofisiología para entender el dolor, la transmisión de los impulsos, fenómenos de potenciación a largo plazo, saber qué vías transmiten qué órdenes. Sistemas descendentes, neurotransmisores, áreas cerebrales sinapsis.... ¿Cómo vamos a arreglar algo que no funciona si no sabemos cómo funcionaba cuando funcionaba bien? ¿Cómo vamos a saber si lo que hacemos cambia algo si no sabemos la fisiología de nuestras intervenciones?
Y biomecánica. Porque esta es la nuestra. La que más diferentes nos hace. En la que tenemos que ser unos "fuoriclasse".  Nuestra fisiología. Somos expertos del movimiento, para analizarlo y para prescribirlo. Pues hace falta estudiarlo. Estudiarlo de verdad. Biomecánica más allá de la marcha. Momentos de torsión, pares de fuerza, velocidad angular, senos, mucha física.... Anatomía, fisiología y biomecánica porque sin ellas vamos ciegos, cojos y mancos por la profesión.

¿Y después? Después llega patología. Con todas las letras y con todas sus variables. Si queremos ser profesionales de acceso directo, vamos a trabajar a diario con personas que tienen patologías que no han sido todavía diagnosticadas. En algún momento os hablarán los profesores de reconocimiento de patrones clínicos. Pues la única manera de reconocer patrones clínicos es haberlos conocido antes. Y eso se hace estudiando. Todas. Las traumáticas, neurológicas y músculo-esqueléticas porque serán el día a día de nuestro trabajo. El resto porque serán las que marquen la diferencia en qué no necesitéis un seguro de responsabilidad civil extra, que aprendáis a derivar, a reconocer factores de riesgo, o de perpetuación (ya os hablarán de banderas rojas, amarillas, naranjas y de mil colores). Patología para saber cual es la evolución de muchas enfermedades y podáis reconocer si el proceso es normal o si la persona está mejorando a vuestro pesar (sí, os lo prometo, a veces las personas mejoran a pesar nuestro). Patología no para diagnosticar enfermedades, que ya hay quien lo hace, patología para conocerlas y para aplicar ese conocimiento a mi tratamiento. Patología para poder hablar de pronósticos.

¿Y para acabar? Para acabar, metodología. No porque vayáis a investigar. Probablemente la mayoría no lo hará a nunca. Metodología para aprender a ser críticos, a que no os vendan curaciones milagrosas, para aprender a ser curiosos escépticos, para que no se queden con vuestro dinero, para saber leer un artículo, un libro, una opinión, una experiencia, y darle el justo valor que tienen las cosas. Metodología para saber generar vuestro propio conocimiento, para reconocer vuestros propios errores (sí, esto también os lo garantizo, vamos a meter la pata muchas veces). Metodología para seguir aprendiendo el día que recojáis el título.

Hay más cosas, sí. Relaciones humanas, por supuesto. Entender contextos sociales, también. Técnicas de fisioterapia, sin duda. Pero os garantizo que lo que marcará la diferencia el día de mañana, cuando acabéis, van a ser las bases sobre las que pongáis vuestras técnicas.... porque no puede ser que lo que nos haga profesionales sea saber muchas técnicas... eso nos haría técnicos, ¿no?

Muchas gracias y buena lectura. Y buen curso.

miércoles, 11 de septiembre de 2019

El 11-S y la memoria del dolor

11-S. Recuerdo que al trabajo llegó una persona que decía que estaban bombardeando Nueva York... Kilian y yo nos miramos y pensamos que habíamos entendido mal.... luego, en casa, al encender la televisión....



Han pasado 18 años y el 11-S se ha hecho mayor. 18 años. El lunes que viene empiezan las clases los alumnos que se matriculan en primero de carrera. Alguno de ellos tendrá ahora 18 años. Alguno, los más pequeños, nacieron después de esa fecha. (No se si estoy preparado para soportarlo).

Duele ver todavía las imágenes de aquellas torres cayendo. Duele y resulta difícil de entender. Pero creo que en la mayoría de los casos, a medida que pasa el tiempo, duele un poco menos... Pues algo así pasa con las heridas del cuerpo. Ciertos dolores parece que son tremendos y que nunca se podrán superar... pero el tiempo y la distancia son médicos buenos. Cuando cayeron las Torres, el mundo se hizo pequeñito, todo estaba conectado, exactamente igual que cuando nos hacemos una lesión, no se daña un tejido, se daña una persona. Pero a medida que pasa el tiempo, a medida que el tejido cambia, que las personas cambian, que las células se van sustituyendo, ese dolor insoportable se diluye.... hay cosas que ayudan, la distancia, por ejemplo, que no te haya tocado directamente, el tipo de actividad que tengas.... pero el cuerpo no será nunca como era. Queda almacenado el recuerdo, la memoria del dolor, tan personal, tan difícil de describir, tan difícil de tratar.... 

Pues más o menos, así es la recuperación de los tejidos después de un daño.... se sustituyen las ruinas por nuevas construcciones y no se olvida, porque esa memoria, en la mayoría de los casos, es útil. Como fisioterapeutas, parte de nuestro trabajo será saber si el problema de nuestro paciente está en la reconstrucción de las ruinas, si está en la memoria del dolor, o, como pasa muchas veces, en ambas (si la reconstrucción no es buena, es más fácil que la memoria sea mala). Pero entender el dolor del paciente, respetarlo, darle la importancia que él considera que tiene, por mucho tiempo que haya pasado, es fundamental.

Fisioterapia. Tan fácil. Tan difícil.