miércoles, 24 de mayo de 2017

Falsas disyuntivas

- " y tú pequeñín... ¿a quién quieres más? ¿a papá o a mamá?"

Los que son padres o madres saben que esa pregunta solamente nos informa de una cosa. Del desconocimiento por parte de la persona que la realiza. Podría hablar de paternidad, visto que el tema me vuelve a tocar de cerca, pero en el fondo, como de costumbre voy a hablar de otra cosa. Y que me lluevan piedras.

De cuando en cuando escucho a diversos compañeros señalar como uno de los problemas (otro más) de esta profesión mia la proliferación de dobles grados. Lo justifican diciendo que el doble grado causa en el estudiante una falta de identidad. Y lo dicen tan convencidos que a veces, en algunos momentos, tengo la sensación de que lo que dicen sea verdad. Luego miro los libros de Psicología que se amontonan sobre mi mesa, en mi clínica, en la mochila y me entra miedo de estar perdiendo también yo parte de mi identidad. Por suerte acabo despertándome y volviendo a la realidad.

Una tarde de septiembre de 1996, Tomás Gallego Izquierdo, en aquel momento responsable de la escuela de Fisioterapia donde me formé, nos recibió a todos contándonos que era la fisioterapia. O mejor, la FISIOTERAPIA. Creo que a Tomás se le podrán hacer muchas críticas, pero la de que le falte identidad profesional seguramente no. Lo curioso es que Tomás Gallego es enfermero además de fisioterapeuta. En aquellos años tuve también el placer de conocer a una persona que ha estado vinculada al Colegio de Fisioterapeutas de Madrid desde sus inicios, Ramón Bonilla, actual Defensor del Ciudadano del Colegio. Otra persona con un compromiso total con la identidad de la fisioterapia. Y que además de enfermero y fisioterapeuta es licenciado en Derecho. Hablando del Colegio de Fisioterapeutas de Madrid, su ilustre Decano es licenciado en Humanidades. Y la directora del Departamento de Fisioterapia de la Universidad para la que trabajo, licenciada en Derecho. Y conozco multitud de fisioterapeutas licenciados en Psicología, diplomados en Podología (recordáis cuando la doble que molaba era esa), licenciados en Periodismo... incluso conozco maravillosos fisioterapeutas que antes de serlo han sido licenciados INEF, o con el cambio de Bolonia, grado en CAFYD. Y de ninguno de ellos dudo a priori de su identidad profesional.... entonces... ¿dónde está el problema?

A ver si alguien me lo explica. ¿Si una persona estudia fisioterapia y luego estudia otra carrera, ese nuevo estudio no le genera una falta de identidad sino que aumenta su conocimiento, pero si se estudian a la vez no? (que alguien me explique cual es el constructo que lo justifica) ¿Cual es el plazo necesario para que dos carreras se puedan estudiar sin que el conocimiento adquirido en la segunda genere interferencia con la identidad proporcionada en la primera? ¿Un año? ¿Diez? ¿Y la identidad vencedora en ese "Juego de Tronos" interno es la primera o la segunda? ¿Y el plazo necesario para que una formación me dote de una identidad? ¿Y cómo sobreviven las personas que tienen tres títulos universitarios? (Imagino que colapsan en una especie de crisis de identidad profunda de la que solamente pueden salir inscribiéndose en otra carrera más, por ejemplo Psicología).

A ver si lo explico. Ser fisioterapeuta y grado en Ciencias de la Actividad Física y Deportiva no son dos categorías exhaustivas y mutuamente excluyentes. Uno puede ser fisioterapeuta y lo que le de la gana. De hecho hay fisioterapeutas de muchos tipos: listos y tontos, guapos y feos, hombres y mujeres, hay incluso algunos que son fisioterapeutas y extrusos y mal que me pese siguen siendo fisioterapeutas (y considero que a la identidad profesional le hacen bastante más daño). Las únicas categorías identitarias exhaustivas y mutuamente excluyentes  a este nivel son "Ser Fisioterapeuta" y "No ser Fisioterapeuta". El resto son categorizaciones que ayudan a marcar un "nosotros" y "ellos" que no es real.



Habrá momentos en los que el pequeñín quiera más a papá. Otros en los que quiera más a mamá. Pero no es una elección disyuntiva. Y no comporta una falta de identidad.  La identidad profesional va más allá de un título universitario. Es la diferencia entre hacer fisioterapia (un trabajo, como otro cualquiera) y ser fisioterapeuta (una profesión, como otra cualquiera). Y ser fisioterapeuta no está reñido con mil otras cosas más. Y estaría bien que de vez en cuando dejásemos de estar reñidos con mil otras profesiones más.

Muchas gracias y buena lectura.