jueves, 31 de diciembre de 2015

Carta de deseos para el año que viene.

Qué la salud siga siendo la unidad que da valor a los ceros que nos pone la vida. Qué no me falte la salud. Qué no falte la salud a los que quiero. Qué no falte sanidad a los que enfermen. Qué a la sanidad no le falte la humanidad la humildad y la comprensión.

Qué no me falte tiempo para ver a mi hija. Qué a mi hija no le falte el tiempo de su padre y de su madre. Qué a ningún niño les falte tiempo y cariño. Qué los niños sigan siendo niños y no adultos en pequeñito. Qué este país sea un país para niños. Qué la conciliación sea una realidad. Qué este país también sea un país para viejos, porque todos lo seremos algún día. 

Qué no tenga que visitar cementerios. Ni hospitales. Qué los que se han ido este año sean los últimos en irse durante mucho tiempo. Qué los que se han ido sepan que hoy con las uvas seguiré pensando en ellos (hasta luego Caro, dale recuerdos a mi padre).

Qué siga viendo la sonrisa en los ojos de mi hija. Qué siga viendo la sonrisa en los ojos de su madre. Qué nuestra hija siga viendo la sonrisa en nuestros ojos. Qué sigamos teniendo motivos para sonreír. Qué no nos engañen con sonrisas falsas. Qué no nos engañen tampoco con lágrimas falsas. Qué no perdamos la capacidad de llorar cuando hay que llorar. Qué sepamos que la tristeza tiene un porqué y un cuando. Pero que como dice una publicidad, qué nadie nos quite la capacidad de disfrutar.

Qué los políticos que nos representan nos representen a nosotros y no a ellos. Qué los medios de comunicación nos informen de una manera objetiva y desinteresada. Qué los partidos sean capaces de ponerse de acuerdo para saber donde va a estar mi país dentro de treinta años, no qué van a hacer con sus pensiones dentro de treinta años. Qué dentro de treinta años sigamos sabiendo lo que es una pensión. Qué dentro de treinta años una pensión sirva para algo más que para no llegar a fin de mes. Qué las pensiones de hoy valgan lo que valió el trabajo que les dio sentido.

Qué pueda seguir paseando por las calles de mi ciudad sin tener que preocuparme de que unos terroristas decidan que ha llegado el día del juicio final. Qué mi hija pueda crecer y correr por las calles de mi ciudad sin aprender el  miedo desde pequeña. Qué sepamos darle valor a la libertad nuestra y a la de los demás. Qué respetemos que las vidas que se van eran igual de importantes sin tener en cuenta religión o color de piel. Qué las religiones dejen de ser políticas. Qué las políticas dejen de ser religiones.

Qué mis alumnos me sigan exigiendo. Qué mis pacientes me sigan exigiendo. Qué yo aprenda a dejarme de exigir. Qué siga teniendo la suerte de tener un trabajo que me llena. Qué mucha más gente pueda tener la suerte de tener un trabajo que les llena. Qué toda la gente pueda tener la suerte de tener un trabajo. Qué los trabajos tengan las condiciones dignas. Qué la gente que se va al extranjero sea porque le apetece y no porque no tiene otra elección. Qué la gente que se tenga que ir al extranjero no se sienta fuera de casa. Qué los que están en el extranjero puedan seguir participando de la democracia de este país. Qué cada país pueda decidir que tipo de democracia quiere, que bandera le representa, que himno le emociona.

Qué mi chica me siga alegrando el día solo con su presencia. Qué sigamos riéndonos con videos de pingüinos, con la música de los ochenta, con juegos de palabras absurdas. Qué mis amigos sigan siendo mis amigos. Qué sea capaz de sacar un momento siempre para estar con ellos cuando les haga falta. Qué sea capaz de sacar un momento para estar con ellos, aunque no les haga falta.

Qué Disney respete la Fuerza y nos de un buen trailer de vez en cuando. Qué Maruja Torres y Joaquín Sabina (que me han inspirado esta entrada) sigan escribiendo y cantando. Que los escritores se dediquen a escribir y los cantantes a cantar. Qué tenga tiempo para volver a leer. Qué no deje de escuchar música. 

Qué mi hija siga bailando.

Y qué tú, que me lees, tengas un feliz 2016!!!