jueves, 24 de noviembre de 2016

Quo vadis, Fisioterapia?


Hoy voy a hablar de extrusos y de extrusismo. Lo digo porque por lo visto hay a quién el tema le molesta, así que mejor avisar para no herir susceptibilidades (Si todavía no sabes lo que es un extruso puedes empezar por esta entrada)


Hace algunos años, unos sociólogos elaboraron la teoría de que las ideas se regían por leyes más o menos similares a las que Darwin dictó para la Teoría de la Evolución. La supervivencia del más apto. La supervivencia de las ideas que mejor se adaptan a los tiempos. Así, la dictadura entendida como idea, que nació en Roma hace más de dos mil años, y que en ese momento tenía un sentido y una lógica (adaptativa diríamos), dejó paso a la democracia (una idea relativamente moderna, por mucho que la palabra sea griega lo que hacían los griegos era más bien una oligarquía, o incluso una plutocracia) que hoy en día se acepta mayoritariamente como idea vencedora. 

Pero no nos engañemos, las ideas son producciones humanas, y como tal es la intervención y las decisiones humanas las que ayudan a que una idea prospere o no prospere. Abolir la esclavitud (una idea en principio magnífica, y que ahora no tiene discusión posible) le costó a Estados Unidos su única Guerra Civil. La idea no se impuso porque fuese mejor (aunque lo fuese) sino porque aquellos que la defendían ganaron aquel pulso. Pero hablar de guerras  quizás no es lo adecuado. No propongo ni una guerra ni una cruzada para la fisioterapia. Pensad en otra idea, todavía más reciente que la democracia, o que la abolición de la esclavitud, pensad en el feminismo (igualdad de derechos sin tener en cuenta el sexo de las personas). Es una idea buena, y sin embargo su camino para crecer y expandirse está plagado de dificultades y pasos pequeños y lentos. Solo cuando los gobiernos legislan permiten que esos avances sean más rápidos. Primera reflexión: los que están en puestos de responsabilidad deben apoyar a las ideas buenas para que crezcan.

Ahora vamos al caso contrario. Se expande por Europa, lentamente, una idea de radicalización de la política de nuevo (una idea que se resiste a morir) y vuelve a crecer, como un virus, en diferentes países… Brexit, Le Pen, Austria… y sin embargo Alemania, gracias a un doble proceso evita un crecimiento real de esa idea en las urnas. Por un lado una legislación que dificulta la existencia de partidos que defiendan ciertas ideas. Por otro, la convicción general (defendida desde medios de comunicación, desde las instituciones de enseñanza) de que esa idea no lleva a ningún sitio bueno. Segunda reflexión: aquellos que ayudan a formar ideas son responsables de no permitir que ciertas ideas crezcan.
Solo uno siguió evolucionando

Vaya rollo histórico-político que os acabo de soltar. Pero yo dije que iba a hablar de extrusismo. El extrusismo es una idea. Una idea que está muy presente en la fisioterapia de hoy en día. Hay quién la defiende diciendo que si a muchos le parece buena es porque lo será (sin palabras, ya habéis visto antes la cantidad de ideas “buenas” que tenían muchos defensores a lo largo de la historia….). La idea de una fisioterapia científico-escéptica representa justo lo contrario.

Por eso son los Colegios, las Universidades, las instituciones públicas, las que tienen la obligación de decidir, apoyar y proteger aquellas ideas que sean mejores para la profesión, independientemente del número de personas que las apoyen. Portavoces en comisiones que utilizan cuarzos de colores para normalizar chakras, hospitales públicos que tienen protocolos de Reiki, profesores de universidad que utilizan velas óticas…. No basta con defender las ideas, es necesario desde esos puestos impedir que ciertas ideas crezcan. Aquí no vale hacer la del Don Tancredo. La omisión de acción se convierte en acción. Permitir voluntariamente y de modo consciente que alguien con un virus contagioso se sitúe en un aula de fisioterapia repleta de estudiantes, en un centro público repleto de pacientes, o en un puesto de representación institucional en contacto con otras profesiones no es ayudar a la profesión, es favorecer la difusión y perpetuación de ideas que lejos de hacernos crecer nos hacen cada vez más pequeños.

Muchas gracias y buena lectura.

jueves, 3 de noviembre de 2016

Algunos Fisioterapeutas Buenos

Vamos a empezar por el principio. En España hay españoles. Mucho españoles, y muy españoles…. Ah, no, que no era eso lo que quería decir, que eso ya lo ha dicho alguno. Volvemos a empezar.

En España hay muy buenos fisioterapeutas. Lo digo porque parece que a veces se nos olvida. Parece que a veces cualquier cosa que viene de fuera es mejor, como esos equipos que compran jugadores de fútbol brasileños, como si el ser brasileño los convirtiese automáticamente en mejores jugadores. Con la fisioterapia pasa un poco lo mismo. Si viene de las antípodas, o del Benelux, el fisioterapeuta es ya la leche. Y no es por dar nombres, que podría, pero hay gente de aquí que no tiene nada que envidiar a los que vienen de fuera (o quizás lo que envidian, precisamente, es que no los reconocen porque no son de fuera).

Cuando hablo de que hay muy buenos fisioterapeutas no me refiero a los que publican mucho, ni a los que están en órganos punteros de la profesión, ni a aquellos que están al frente de estructuras de formación, sean universitarias, de postgrado, públicas o privadas. Hablo de fisioterapeutas muy buenos, con AMOR por la fisioterapia, con CONOCIMIENTO profundo de la profesión, con años de EXPERIENCIA. Profesionales a los que las redes sociales, la ANECA, y el JCR se la traen floja (aunque algunos de ellos tengan perfiles, estén acreditados y publiquen en primer cuartil habitualmente). Pues creo que esos fisioterapeutas buenos tienen todavía un gran servicio (más) que hacer por la fisioterapia.

Algunos piensan que los Colegios profesionales no hacen lo suficiente por la fisioterapia. Yo no voy a entrar a juzgarlos. Hacen mucho. Y mucho bien. Lo que está claro es que a veces parece que en España tenemos diecisiete fisioterapias diferentes. Y que la lucha política, que la hay, no beneficia a la profesión. De las sociedades científicas qué puedo decir. Pues eso, que son científicas. Que su objetivo no debería ser la profesión sino la Ciencia de la Fisioterapia, cada una en su contexto. Hacer crecer una parte de la profesión. Pero toda la profesión no es ciencia. Ni es política. Ni es gestión, ni clínica ni docencia…. La profesión es cada una de esas cosas, todas juntas y muchas más.

Ultimamente paso a menudo por delante de la sede de la Real Academia de Farmacia. No de Madrid. De España.  Y sueño. Molaría (mucho) una Real Academia de la Fisioterapia. Un lugar de encuentro donde esos fisioterapeutas BUENOS, libres de impulsos políticos, de ambiciones económicas, de necesidades anecables, aportasen para hacer crecer la profesión. Ya veo el lema:  Real Academia de Fisioterapia.  Limpia, Mueve y Da esplendor. (Pidiendo permiso a la RAE, claro está).  Los sillones nombrados como las vértebras (el honorable académico Zutanito de Tal, que ocupa el sillón C7 de la RAF…. No me digáis que no mola). Una Academia que registrase el buen uso de la Fisioterapia, que aconsejase como órgano consultivo a los Colegios cuando proponen cursos sobre…  mesoterapia por poner un ejemplo.



De la misma manera que todos hablamos español, pero que para hacerlo de una manera correcta confiamos en los dictados y respetamos las normas (el diccionario, la gramática) que nos da la RAE, estaría bien que todos supiésemos cuándo hacemos fisioterapia, y cuándo otras cosas. Y al igual que la RAE nos aconseja abandonar una palabra por estar en desuso, nuestra RAF nos aconsejaría abandonar técnicas de pasado milenario y efectos dudosos. O cuándo incorporar una técnica nueva porque sus efectos son conocidos y mejores que lo que ya hacemos, igual que se incorpora una palabra al diccionario. Una Academia con espacio para científicos, para docentes, para clínicos, para gestores. Una Academia sin fines políticos, ni económicos, ni amiguísimos. Una Academia con esos fisioterapeutas buenos, que anteponen su profesión a sus intereses personales. Todos conocéis alguno. Solo hay que sentarlos en la misma mesa y pedirles que hablen de lo que más les gusta. Los demás saldremos ganando.


Muchas gracias y buena lectura.