miércoles, 31 de diciembre de 2014

Un cuaderno azul... ¿para crecer o para envejecer?

La fecha del calendario, 31 de diciembre, anima a escribir resúmenes. Sería también fácil caer en la tentación de sumarse a las listas de "lo mejor de" que prosperan en blogs y medios estos últimos días del año. Podría incluso unirme a esos otros compañeros que han escrito ya su carta a los Reyes Magos... No, voy a ser bastante más simple que todo eso, solamente os voy a desear un feliz año nuevo.

El año nuevo tiene el olor de los libros nuevos, o de la ropa recién estrenada. Es como un cuaderno en blanco en el que nos proponemos escribir con la mejor letra posible. Recuerdo esos cuadernos azules que vendían en la secretaría de mi colegio, de doble raya, de cuadros, de raya única cuando ya te ibas haciendo mayor... los comprabas y ponías con letra muy clara tu nombre y apellidos, y la asignatura a la que pertenecían: Matemáticas, Lenguaje, Sociales, Física.... no, yo no llegue a tener Conocimiento del medio... soy un poco anticuado.

Mañana cada uno de nosotros tendremos un cuaderno nuevo en el que escribir nuestro nombre, y donde pone asignatura, pondremos, con letra muy clara 2015... vale.... ¿y qué es lo que vamos a escribir en ese cuaderno?

Desde hace tiempo, en los cursos que doy sobre gestión del cambio planteo a los participantes una pregunta... "¿cuál es la diferencia entre crecer y envejecer?" O mejor, ¿en qué momento dejamos de crecer y nos ponemos a envejecer? La pregunta, que puede parecer baladí, esconde, como sucede a menudo, un truco. Miro a mi hija con siete meses y no tengo duda, ella está creciendo. Miro este ordenador con el que escribo y puedo afirmar con rotundidad que está envejeciendo. ¿Y yo? ¿Y vosotros? Cuando os miráis en el espejo, ¿tenéis claro si estáis creciendo o envejeciendo?

Probablemente cada uno tendrá su propia opinión al respecto. La mía es esta. Creces mientras sigues haciendo cosas nuevas. Mientras sigues aprendiendo. Mientras cada día es una ocasión para probar cosas que no habías hecho antes (tener un blog, hacerme empresario, ser padre... el 2014 me ha traído un montón de cosas nuevas). Envejeces en el momento en el que decides que es mejor seguir haciendo lo que ya sabes hacer (no cambiar de técnicas, no cambiar de punto de vista, no pensar de manera diferente,...) que arriesgarte a probar esos sabores nuevos, que dejarte llevar por ideas que antes no se te habían pasado por la cabeza...

Pues yo os deseo para este 2015 que está llegando, que en ese cuaderno azul de pasta blanda y una sola raya (que ya somos mayores) escribáis un montón de cosas nuevas, que podáis resumir experiencias que no habíais tenido antes,  que anotéis el nombre de muchas personas que lleguen a vuestra vida aportando ideas frescas.... Os deseo un 2015 que os haga crecer. Un 2015 en el que os arriesguéis a hacer eso que lleváis pensando bastante tiempo. Un año que os haga ver otras cosas. Que os haga ver las mismas cosas de otra manera. Y que dentro de 365 días no nos miremos en el espejo sintiéndonos más viejos, sino más grandes.

Muchas gracias y buena lectura.

domingo, 7 de diciembre de 2014

Del dicho al hecho. Reflexiones sobre la #4JIF (capítulo 1)

Han pasado ya más de tres semanas desde la #4JIF, y aunque estoy pensando ya en la próxima, me siento en la obligación de escribir algunas líneas sobre lo acaecido en Fuenlabrada ese día.

Lo primero, agradecer publicamente a los organizadores la invitación que me hicieron allá por el mes de febrero para que hablase de Fisioterapia y Comunicación, prácticamente sin conocerme, y sin tener muy claro por dónde podía salir. Espero que a estas horas Juan Antonio, Gema y Luis no estén dándose cabezazos por las paredes arrepintiéndose por la invitación hecha. Porque la verdad es que hacen un trabajo encomiable y necesitamos que sigan haciéndolo. Jornadas gratuitas, organizadas por fisioterapeutas, para fisioterapeutas, con unos ponentes de excepción (descubrimiento muy interesante el de Ana de Groot.... y apuesta segura Sergio Lerma, demostrando como comunicar y enseñar de manera directa). Como bien dijo en su blog Juan Antonio, una apuesta por la disciplinariedad, que tanta falta le hace a la fisioterapia, identidad, marco común, ideas comunes... y dentro de ese marco, todos los debates que sean necesarios para seguir creciendo.

No voy a transcribir aquí mi ponencia. Nació pensada para ser oral y visual, y llevarla al papel sería desnaturalizarla. Pero reflexionando sobre ese sentido de identidad si que quiero compartir algunas de las ideas que llevé a Fuenlabrada.


Como bien dice Batman, no es quién soy, sino lo que hago, lo que me define. O dicho en castizo, importa más lo que hago que lo que digo. Pues la fisioterapia parece no tenerlo muy claro. Y sigue diciendo algunas cosas y haciendo las contrarias. Claro, luego nos sorprende que la gente no haya entendido el mensaje que queremos que le llegue. Pues precisamente lo que pasa es que lo están entendiendo muy bien. Y quizás somos nosotros los que nos equivocamos con el mensaje. Ahí dejo tres reflexiones:

1. La fisioterapia no es una profesión en la que lo que importen sean las manos. Existe un proceso mental importante antes de la aplicación (o no) de una mano sobre el paciente. Nos sorprenden los pacientes que llegan pidiendo masajes, y no otras técnicas menos manuales. Hands off, seguimos diciendo, copiando a los anglosajones, pero mientras tanto, esta es la imagen oficial que mandamos a los usuarios:


Manos. Manos. Muchas manos. Esa es la imagen oficial de los Colegios Oficiales de Fisioterapeutas de España. Por no hablar de las tarjetas de visita, o de las clínicas que vemos por las calles. O de la Asociación Española de Fisioterapeutas que en boca de uno de sus representantes definió esa imagen de dos manos que se tocan como representación del "acto terapéutico"... mal nos va a ir mientras  transmitamos que el acto terapeutico es una cuestión de manos. Entre lo que digo y lo que hago... siempre gana lo que hago.

2. La fisioterapia es una ciencia. Esto no se discute. Lo defendemos. Lo pregonamos. Nos peleamos con quien haga falta para que no queden dudas, pero:


pero claro, luego publicamos estos cursos de técnicas no científicas, acompañados de la coletilla "para fisioterapeutas". Y no solo los publicamos. Los cursos se llenan. Y luego se lo transmitimos a los pacientes. Y claro, de ahí a ver péndulos dando vueltas encima de los pacientes el camino es pequeño. De nuevo, podemos seguir diciendo que somos una ciencia. Pero si el comportamiento que tenemos no es acorde... 

3. Los fisioterapeutas no somos técnicos. Somos profesionales con un conocimiento amplio sobre nuestro sector. Por ejemplo, como los arquitectos, ¿no?. ¿Se imaginan ustedes un arquitecto que en la puerta de su estudio pusiese un cartel con este texto?: "Perico el de los Palotes. Arquitecto. Se hacen casas. Casas grandes. Casas pequeñas. Casas de piedra. Casas de ladrillo. También se hacen centros comerciales. Y garajes. Y si hace falta faros". Pues no, yo tampoco me lo imagino. Si uno es arquitecto pone que hace arquitectura. Y si uno es médico, que hace medicina. Claro, que si uno es Fisioterapeuta: 


pues pone de todo (como muy bien señaló Nacho Fabiani en esta entrada)  y luego cuando el paciente pide algo le decimos que el profesional somos nosotros.... y entonces... ¿por qué vendemos técnicas?

En fin, como dice el refrán, del dicho al hecho, hay un trecho... nuestras actuaciones son lo que determinarán la longitud del mismo.

Gracias y buena lectura