domingo, 5 de mayo de 2019

Feliz día de la madre

Pensaba escribir esta entrada desde hace tiempo, pero como tantas otras cosas, se ha ido postergando, hasta que hoy, inevitable, cobra sentido. Pensaba escribir esta entrada hace tiempo y empezarla versionando los versos de Sabina que versionaban a Cernuda, donde habita el olvido....

Pero muchas veces las cosas son de manera diferente a cómo uno las había pensado. Y al final acabo versionando a Marx, en mi caso "Todo en la historia se repite dos veces, la primera como comedia, la segunda como tragedia".

Me siento a tu lado, coges el lápiz. Toca escribir, juntar letras. Voy repitiendo lentamente los fonemas, mientras tú, con esfuerzo, los conviertes en grafemas. Hay algunos errores, cada vez menos, no pasa nada. Bienvenido sea tu esfuerzo. Eso es lo que importa. Es mayo, este mes es tu cumpleaños, 5 maravillosos años.

Me siento a tu lado, coges el lápiz. Toca escribir, juntar letras. Voy repitiendo lentamente los fonemas, mientras tú, con esfuerzo, los conviertes en grafemas. Hay algunos errores, cada vez más, no pasa nada. Bienvenido sea tu esfuerzo. Eso es lo que importa. Es mayo, este mes es tu cumpleaños, 74 maravillosos años.

Te veo luchar contra eso que se te ha puesto en la cabeza y no puedo olvidar a la mujer que se leía los libros de texto antes de que empezara el colegio, a la mujer más lista que nunca conocí. Te veo disciplinada esperarme el domingo por la mañana para hacer los ejercicios que te han puesto y te veo como te cambia la cara cuando esa palabra no sale, no llega a la boca, o a la mano. Te veo levantarte e ir a la cocina buscando las palabras, como si allí, almacenadas en la fresquera, donde antes estaba la fruta, fueses a encontrarlas. Pero ahora allí solo quedan envases vacíos. Volvemos a sentarnos. Venga, palabras que empiecen por "C". No tardas ni un milisegundo: "Coño". Cuánta rabia tiene que acumularse por cada palabra que se pierde, por cada receta que ya no volverás a cocinar, por cada recuerdo que no eres capaz de evocar.

Se lo cuento a Elisa, tu nieta, por las noches, mientras leemos un libro maravilloso sobre el Alzheimer que se llama "Hilos de Colores" y ella me pregunta que cómo puede pasar eso. Que a ella, que está aprendiendo ahora, escribir no se le va a olvidar nunca. Y yo, sin recursos, miento. No hija, a ti eso no te va a pasar nunca. Pero sobre todo lo que pienso es que si eso llega a pasar, lo más normal es que yo me pueda ahorrar esa tercera reposición de la historia. Las terceras partes no pueden ser buenas. Tú no me preguntas y eso me ahorra mentirte, no podría. Eres bastante consciente de que esto no mejora, con lo que eso tiene de bueno y de menos bueno. De malo, joder, de malo. Te enfadas. Como para no enfadarse. No se si te entiendo. Pero te comprendo. Coño.


Acabo estas líneas mientras sigues en la cocina, limpiando, limpias todo, increíble cómo ciertos guiones se resisten a desaparecer. Esto puede durar años todavía. Hoy comemos juntos. Habrá muchos otros días de la madre. No tengo muy claro cuántos me quedan contigo.

Feliz día de la madre, mamá.