Hoy toca ir de Graduación. Y como a pesar de que voy a poder
hablar mucho voy a tener que ceñirme a un guion muy claro voy a aprovechar que
el blog y la entrada son mías y voy a empezar dando las gracias a Beatriz y a
Francisco por el regalazo que me han hecho. Bea, Paco, gracias por permitirme disfrutar de
esta graduación desde una posición inmejorable. No se si me lo merecía, pero
voy a intentar merecérmelo.
Y es que esta Graduación es para mí especial. Se completa
hoy mi cuarto curso como docente. Y eso quiere decir que unas filas más allá,
sentados esperando a recibir la beca estarán Alessia, Sara, Aldo y otros
compañeros que estaban también sentados enfrente de mí el primer día que empecé
a dar clase. Y de la misma manera que a ser padre te enseñan tus hijos, ellos
fueron los primeros que me enseñaron a ser profesor. Gracias.
Mezclados con ellos también estarán Antonio, Diego, Marina, y muchos más estudiantes con los que compartí horas de clase, dudas sobre
vendajes, puntos gatillo, ultrasonidos y Kabat. Pero también compañeros (sí, ¿lo
veis que ese día llegaba?) con los que
compartí dudas sobre casos clínicos, paradigmas, competencias y futuros de la fisioterapia.
Me emocionaré al leer vuestros nombres, lo se. Me emocionaré
más que cuando hace años leí el discurso en mi propia graduación (por cierto, estad atentos al discurso de
María. María, es precioso. Ayer, mientras lo leías en el ensayo, con el
auditorio vacío y tus manos en los bolsillos me apretaste el corazón con tus
palabras). Digo que me emocionaré porque veros desde hoy compañeros me
completa como docente. Como si por una suerte de algún extraño mecanismo de
epigenética la evolución de la profesión siguiese a través vuestro. Seré
responsable de una parte infinitesimal de vuestros aciertos, y culpable de la
mayoría de vuestros errores. Así que hoy, mientras vosotros os graduáis como
fisioterapeutas yo me gradúo también y completo una de esas 4 facetas
profesionales (asistencial, gestora, investigadora y docente) de las que os
hablé en otoño del 2013.
¿Y ahora qué?, diréis. Pues no voy a deciros nada. Leed esta entrada de Carlos Castaño, leedla y memorizadla como si fuese materia de
examen, yo no podría daros mejores consejos. Ahora disfrutad. Disfrutad de este
día, con vuestros amigos, con vuestras familias. Disfrutad de la profesión que
habéis alcanzado. Disfrutad de la responsabilidad que conlleva. Disfrutad
aprendiendo con otros compañeros, con los pacientes. Disfrutad cuestionándoos lo
establecido, el siempre se ha hecho así o el no se puede hacer de otra manera.
Disfrutad pensando. Disfrutad aprendiendo (sin exámenes es mucho mejor).
Disfrutad siendo fisioterapeutas.
¿Y yo? ¿Ahora qué? Pues ahora a seguir aprendiendo de vosotros.
A seguir aprendiendo de vuestros compañeros, esos que ocupan hoy los asientos
de clase. Y también a seguir aprendiendo de vuestros compañeros, esos que hoy
llevan toga y birrete (gracias también a ellos, a Vanesa, a Carlos, a Raquel, a
Mónica, a todos vosotros, un café con vosotros es siempre un regalo). Y a
emocionarme cuando el coro cante aquello de
Vivat Academia
Vivant profesores
Pero sobre todo vivan los estudiantes!!!!
Muchas gracias y buena lectura
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