jueves, 14 de julio de 2016

Gracias

Gracias Laura. Gracias María.

Hablar ya hablo. Algunos dicen que mucho. Pero todavía no escribo, aparte de pintarrajear garabatos en los papeles que voy encontrando por casa. Por eso le pido prestado el blog y las manos a papá, para escribiros. Para daros las gracias.

Gracias por quererme, por hacer de cuatro paredes algo tristes y un espacio vacío un sitio maravilloso, donde viven personajes tan increíbles como Pompitas (bueno, lo de increíbles es más para los mayores, yo con Pompitas me lo paso genial). 

Gracias por tener paciencia conmigo, con mi manera de ser, con mis espacios. Gracias por irme presentando partes del mundo, la comida, la música. Gracias por tener paciencia con mis padres, que también están aprendiendo. A su modo, lo hacen lo mejor que saben. Gracias por contarme cuentos, por cantarme canciones que ahora voy repitiendo sola cuando vamos de viaje (claro, mis padres no han venido a clase conmigo y no se las saben, peor para ellos).

Gracias por abrazarme, esas mañanas en las que llego acompañada de papá o de mamá y no me apetecería nada que se fuesen. Gracias porque vuestro abrazo, sincero, sabe de cariño, de apego. Gracias porque nadie os obliga a ello. Nadie os paga por ello. Y no ha habido ningún día en el que me haya faltado. Dicen que en Finlandia, que no tengo muy claro ni lo qué es ni dónde está, las guarderías son perfectas. Lo único que hace falta para que las guarderías sean perfectas es que haya abrazos como esos. Yo, que soy un poco mía para eso de abrazar, os lo agradezco con mis abrazos, y os aseguro que no se los doy a cualquiera.

Gracias por los peinados, a ver si para el año que viene le dais un curso intensivo a mi papá, que para él un peinado complicado consiste en ponerme dos coletas y dos pinzas. Gracias por un montón de cosas que no le puedo contar a mi papá para que las escriba aquí, que quedan entre nosotras. Gracias por hacer que mi primer año de "cole" haya sido tan bonito. 

Gracias por dedicarme vuestro tiempo. Gracias por haber elegido una profesión tan bonita, tan importante.  Una profesión tan injusta que si un día, dentro de veinte años me siento delante de vosotras en el metro no recordaré quién sois, ni lo que hicisteis por mi. Recordaré otros profesores y os olvidaré a vosotras. Y sin embargo quizás un día sin saber muy bien porqué, le contaré un cuento a un niño, a mi hijo, a un sobrino, y empezaré diciendo "Atención, atención!!!" Gracias, porque aunque yo no lo sepa todavía, seguro que me habéis dejado huella.

Gracias María.
Gracias Laura.




No hay comentarios:

Publicar un comentario