martes, 19 de julio de 2016

¿Prescribir? Sí. ¿Medicamentos o Ejercicios?

Me voy a declarar objetor.

La verdad es que ya lo soy. La primera vez que me declaré objetor fue por el lejano 1997, entonces todavía había servicio militar obligatorio, pero habíamos evolucionado hacia una situación en la que, bajo el peso de la demanda social, considerarse objetor ya no era un aspecto negativo en el curriculum. Luego desapareció el servicio militar obligatorio y con ello se perdió también el sentido de que objetar según conciencia puede hacer que las leyes y las situaciones se modifiquen.

Publica Tomás Gallego (al cual sufrí disfruté mientras fui alumno de Fisioterapia en la Universidad de Alcalá de Henares) una carta desde la tribuna del 30 Días de Fisioterapia hablando sobre la figura del fisioterapeuta como prescriptor de medicamentos, según la Ley 10/2013 (aquí el link al BOE). Respeto mucho a Tomás y comparto muchas de las reflexiones que hace en ella. La primera, ese maravilloso eufemismo según el cual no podemos "prescribir" sino "indicar" medicamentos. Sutil diferencia. En el fondo mi vecina del cuarto, que por cierto tiene unos niños monísimos, también puede indicar medicamentos. Otra cosa es que yo me los tome. Que un fisioterapeuta, al amparo de la ley, indique medicamentos (ahora veremos cuales) no deja de funcionar como un recurso a la autoridad. Del fisioterapeuta se espera que sepa y que conozca interacciones, indicaciones y contraindicaciones de los medicamentos que aconseja, pero por más que miro la ley no encuentro en ningún sitio que esos requisitos se le vayan a solicitar al fisioterapeuta prescriptor.

Claro, quizás es porque la ley, "muy sabiamente" (el muy sabiamente es para leer lentamente, saboreando su tono irónico) nos dice que los fisioterapeutas solo podrán indicar aquellos fármacos no sujetos a prescripción médica. Vamos, los mismos que puede indicar mi vecina del cuarto con sus niños monísimos y sin que ninguna ley se lo haya permitido. Hay que joderse. Por cierto, que los medicamentos no sujetos a prescripción médica también tienen contraindicaciones e interacciones que estaría bien que conociésemos antes de ponernos a prescribir indicar. (Hablo de los medicamentos de verdad, no de la homeopatía).

Coincido aún con Tomás (y ya estoy coincidiendo más de lo que coincidí en tres años de carrera) en que para pasar de indicar a prescribir es necesario formarse. Tomás habla de Farmacología como asignatura de 12 créditos ECTS que sería necesario incluir en el programa de Grado de Fisioterapia para darnos las competencias necesarias. Dice Tomás en su carta:
"Es necesario incorporar en los planes de estudio una asignatura obligatoria de Farmacología con los mismos contenidos, créditos y competencias que cursan los que sí pueden prescribir"
Yo esto, gustándome, no lo veo tan claro. Los planes de estudio de Fisioterapia son un concepto con una limitación clara y marcada por ley: 240 créditos ECTS. Incluir en ellos 12 nuevos créditos implica eliminar algunos de los contenidos actualmente presentes (y ojo, se me ocurren algunos que se pueden eliminar tranquilamente). La pregunta es si la prescripción de medicamentos es prioritaria en fisioterapia. Particularmente yo apostaría por incluir más de aquello que es el autentico paradigma internacional de la fisioterapia, el movimiento. Me gustaría ver cuantas de nuestras titulaciones ofertan 12 créditos ECTS obligatorios de prescripción de ejercicio. Y una vez que todas lo tengan, luego hablamos de lo que queráis.

Vamos a ver, para los que se me van a lanzar a la yugular. No estoy diciendo que no hay que saber de farmacología, está claro que cuanto más sepamos mejor. Es más, creo que de media el fisioterapeuta debería saber más de farmacología de lo que actualmente sabe. Sobre todo de interacciones entre fármacos y de efectos secundarios de los mismos. Lo que digo es que tenemos que tener claro cual es nuestro campo de actuación (y digo campo de actuación porque el objetivo, que el paciente mejore, sería una justificación para todas y cada una de las aplicaciones posibles, podríamos incluso acabar operando un menisco) y formarnos primero en eso, hasta alcanzar la excelencia en nuestro campo. Si cuando hice la selectividad hubiese querido prescribir fármacos hubiese elegido Medicina, pero elegí fisioterapia. El problema, como dice Vicente Lloret es que
 "A muchos fisioterapeutas no les gusta la fisioterapia"
A mí me encanta. Y por eso, por ahora, voy a seguir objetando de la indicación de medicamentos. Para ver si mi protesta ayuda a cambiar las cosas.

Muchas gracias y buena lectura.

jueves, 14 de julio de 2016

Gracias

Gracias Laura. Gracias María.

Hablar ya hablo. Algunos dicen que mucho. Pero todavía no escribo, aparte de pintarrajear garabatos en los papeles que voy encontrando por casa. Por eso le pido prestado el blog y las manos a papá, para escribiros. Para daros las gracias.

Gracias por quererme, por hacer de cuatro paredes algo tristes y un espacio vacío un sitio maravilloso, donde viven personajes tan increíbles como Pompitas (bueno, lo de increíbles es más para los mayores, yo con Pompitas me lo paso genial). 

Gracias por tener paciencia conmigo, con mi manera de ser, con mis espacios. Gracias por irme presentando partes del mundo, la comida, la música. Gracias por tener paciencia con mis padres, que también están aprendiendo. A su modo, lo hacen lo mejor que saben. Gracias por contarme cuentos, por cantarme canciones que ahora voy repitiendo sola cuando vamos de viaje (claro, mis padres no han venido a clase conmigo y no se las saben, peor para ellos).

Gracias por abrazarme, esas mañanas en las que llego acompañada de papá o de mamá y no me apetecería nada que se fuesen. Gracias porque vuestro abrazo, sincero, sabe de cariño, de apego. Gracias porque nadie os obliga a ello. Nadie os paga por ello. Y no ha habido ningún día en el que me haya faltado. Dicen que en Finlandia, que no tengo muy claro ni lo qué es ni dónde está, las guarderías son perfectas. Lo único que hace falta para que las guarderías sean perfectas es que haya abrazos como esos. Yo, que soy un poco mía para eso de abrazar, os lo agradezco con mis abrazos, y os aseguro que no se los doy a cualquiera.

Gracias por los peinados, a ver si para el año que viene le dais un curso intensivo a mi papá, que para él un peinado complicado consiste en ponerme dos coletas y dos pinzas. Gracias por un montón de cosas que no le puedo contar a mi papá para que las escriba aquí, que quedan entre nosotras. Gracias por hacer que mi primer año de "cole" haya sido tan bonito. 

Gracias por dedicarme vuestro tiempo. Gracias por haber elegido una profesión tan bonita, tan importante.  Una profesión tan injusta que si un día, dentro de veinte años me siento delante de vosotras en el metro no recordaré quién sois, ni lo que hicisteis por mi. Recordaré otros profesores y os olvidaré a vosotras. Y sin embargo quizás un día sin saber muy bien porqué, le contaré un cuento a un niño, a mi hijo, a un sobrino, y empezaré diciendo "Atención, atención!!!" Gracias, porque aunque yo no lo sepa todavía, seguro que me habéis dejado huella.

Gracias María.
Gracias Laura.