viernes, 12 de septiembre de 2014

Una de chocolate. Y muchos churros.

Llega septiembre, el mes de los buenos propósitos, de apuntarse a un gimnasio para recuperar los abdominales, de comprarse los fascículos para aprender inglés, de organizar el escritorio para optimizar nuestro tiempo y nuestro esfuerzo... por suerte octubre y noviembre se dedicarán a devolver todo a su sitio y la vida seguirá por sus cauces normales. Vivir siempre en septiembre sería aburridísimo...

Yo sin embargo quiero aprovechar septiembre para ponerme a recordar. Y quiero salir del armario de una vez. Tantos años llevándolo dentro me están haciendo sentir mal. "SÍ, yo también hice churriterapia durante algún tiempo". Hala, ya lo he dicho.

                                     


En estos tiempos dospuntocero en el que todo el mundo es la leche de bueno me imagino la frustración de todos aquellos fisioterapeutas, normalmente recién saliditos del horno de la universidad que se ven obligados a hacer churriterapia. Pues a ellos va este post. Sí, porque ahora puedo dedicar a cada paciente el tiempo que quiero y no tengo nadie que me indique lo que tengo o no tengo que hacer con un paciente, pero no olvido que durante unos cuantos años no fue así.

Mi primera experiencia con la churriterapia fue en Italia, recién desembarcado y sin más palabras italianas que pizza, gelato y Tassoti figlio di puttana capuccino. Ese nivel de italiano podría bastar para hacer fisioterapia, si no fuese porque estaba en un gimnasio, solo, con una media de unos siete pacientes cada media hora... incluyendo pacientes con problemas neurológicos, prótesis de cadera recién operadas, pacientes con problemas de atención, vamos, lo mejorcito de cada casa... en fin, aquello más que un gimnasio parecía un circo y yo me sentía a mitad de camino entre el domador de leones y la azafata que se tumba en el suelo para que le pasen por encima los elefantes. Lo malo es que mis elefantes no estaban domesticados...

Aquello fue mejorando (más que nada porque empeorarlo estaba difícil) y conseguí pasar al segundo nivel. Pacientes cada diez minutos. O mejor dicho, trozos de pacientes cada diez minutos. Sí, habéis leído bien, trozos de pacientes. Me explico ¿Una cadera? Diez minutos. ¿Una cadera y una rodilla? Pues veinte minutos ¿Cervical, dorsal y lumbar? Eres un afortunado, para ti media hora. Claro, siempre que tu doctor hubiese escrito cervical-dorsal-lumbar, porque si por ahorrar tiempo había puesto columna vertebral, pues adivina, diez minutos, unos veinte segundos por vértebra, ni para hacer manipulaciones daba.

Claro que todo podría acabar aquí... pero como decía Steve Jobs "one more thing". De cuando en cuando te tocaba la rotación de "máquinas", oseasé, de churriterapia al cuadrado, 14 salas donde se encontraban tracciones cervicales, lumbares, 10 aparatos de TENS, ultrasonidos, microondas y láser.... y tú repartiendo pacientes como si fuesen paquetes de correos, "tú a la cuatro y vete cogiendo el agua para el ultrasonido" "tú a la siete y túmbate que luego te pongo la microondas" "tú a la doce y ponte el TENS, pero no te lo pongas muy fuerte, solo tienes que notarlo". Eran dos semanas cada dos meses, pero valían como si fuesen dos años.

Ahora, miro hacia atrás y me río. Me río porque no puedo hacer otra cosa. Pero dejo de reírme cada vez que pienso que hay muchos compañeros que siguen estando en la misma situación, sin irse tan lejos, sin irse a Italia. ¿Aprendí algo en aquellos años sobre fisioterapia? Pues la verdad es que sí, porque como dice el lema de la formación experiencial, las experiencias no son lo que nos pasa, sino lo que hacemos con los que nos pasa. No, no defiendo la churriterapia, (lo voy a poner hasta en negrita) que luego todo se malinterpreta. Pero aquellos años me ayudaron a tener claros algunos conceptos.

Del tiempo en el gimnasio aprendí que lo más injusto era repartir el tiempo a partes iguales entre los pacientes. Establecí una especie de "triage", como se hace en las urgencias de un hospital. ¿Me equivoqué clasificando alguna vez? Muchas, imagino (como sucede en las urgencias de un hospital), pero si los recursos son los que son, tienes que trabajar con ellos. Estar solo quejándote no les aporta nada a los pacientes.

Del tiempo que pasé con "una zona/diez minutos" aprendí a priorizar. A escuchar lo que para el paciente era su problema principal y a trabajar sobre ello. Aprendí a llevarme el trabajo a casa porque en un solo día no me daba para recoger datos y además razonar. Y aprendí que no hay ningún estudio que correlacione tiempo de tratamiento con eficacia de una terapia. Todavía me estoy muriendo de la risa cuando la empresa nos obligó a hacer el curso de Mézières, lo que se llama una técnica adecuada a la realidad...

Del tiempo que pasé con las "máquinas" aprendí.... aprendí..... bueno, en eso no aprendí nada, pero cada dos semanas que pasaba en ese infierno perdía tres kilos, así que gracias a eso no volví de Italia hecho una mozzarella... ¿algo bueno hay que encontrarle no?...

Dedicado a todos los que se levantan para hacer fisioterapia en condiciones en las que hacer  fisioterapia parece imposible.

Muchas gracias y buena lectura.


Imagen: By Alpha from Melbourne, Victoria, Australia (Flickr) [CC-BY-SA-2.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0)], via Wikimedia Commons

10 comentarios:

  1. Ole, ole y ole. Que tema tan bien traído y elegantemente resuelto.

    Auguro una difusión sin límites para este artículo, en el cual pocos serán los que no se vean retratados.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Oier
      Churriterapia, hacer sillas, cadena de montaje... muchos fisios hemos pasado por ese capítulo....

      Eliminar
  2. Creo que el 99% de los fisioterapeutas nos verbos reflejados en mayor o menor medida en esta entrada.
    Felicidades, Luis, por hacer esta crítica con tanto estilo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Javi.
      Muchos hemos pasado por ello. Ojalá cada vez fuesen menos, aunque lo veo complicado. Espero que todo el mundo sepa ver la crítica entre las líneas...
      Un abrazo

      Eliminar
  3. Una duda. Técnicamente hablando ¿Hacer magia en serie también es churriterapia o buñuelodevientoterapia? Es para un amigo http://www.fisiohogar.com/fisioterapia-cientifica-o-fisioterapia-holistica/

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Carlos,
      lo he tenido que consultar porque no estaba seguro, el BJM (Buitres Journal of Medicine) describe el hacer magia en serie como "Venderhumoterapia"... que creo que es básicamente lo que hace tu amigo...
      Al que por cierto le explicaría que esta vez sí has sido irónico.

      Eliminar
  4. Es curioso cuántas vueltas da la vida. Yo fui víctima de churriterapia como paciente, a los 15 años, con distensión ligamento lateral rodilla izquierda. US que me ponía yo (ya hice mis primeros pinitios!), electroterapia con las esponjitas húmedas y hechas una mierda, y por último IR, que hacía frío. Curioso, que sin tener idea de qué era la fisioterapia, eso me gustara. Curioso también, que acabara haciendo prácticas en esa Mútua, y curioso que acabara haciendo una suplencia...
    Aprendí qué no se debe hacer, aprendí que el estrés que genera ese tipo de atención, y la crispación, acaban por transformarte en un mal comunicador, dejas de ser terapéutico, y acabas sin profundizar tanto en la patología como en el proceso de recuperación. Ya no digamos intentar enterarte de cuestiones sobre banderas, eso imposible.
    Acabé odiando, sí, odiando, la fisioterapia supuestamente traumatológica y ortopédica, enamorándome en su debido momento de la neurológica, cual flechazo por Cupido cuando inicié un primer tratamiento fisioterápìco neurológico durante 45 minutazos... Me sobraba tiempo por todos lados. Curioso es que con 45 minutos ahora te saben a poco, quizás sea por el disfrute que ello me suscita.
    De la churriterapia, he aprendido.

    ResponderEliminar
  5. Hola David,
    que noble esa admisión de intrusismo en tus tiempos de instituto.... a parte de las bromas... has sacado uno de los muchos temas que van por debajo de esta entrada. Muchos fisioterapeutas pasan por ese momento de la churriterapia sin llegar a aprender nada, sin profundizar cuando tienen la oportunidad, no esforzándose en ser terapéuticos... Mucho que aprender de cada experiencia, si no se aprende nada, las experiencias son completamente inútiles.

    ResponderEliminar
  6. Luis me gusta mucho tu "talante".
    Tu entrada le va a servir a los nuevos graduados q se van a ver "obligados" a hacer churriterapia. Por que al igual q nosotros, llegara el momento en que se cuestionen "realmente me gusta la fisioterapia o esta fisioterapia". Tu entrada les servirá primero para darse cuenta d q no es algo q les pase únicamente a ellos y segundo para hacerles ver q nuestros tratamientos van más allá d todo ello.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por el comentario
      La realidad es que muchos fisioterapeutas pasamos por la época de la churriterapia (por desgracia). Y creo que es importante que no perdamos durante esos momentos ni la confianza en la fisioterapia ni en nosotros mismos. Si lo tomamos con una pizca de humor algo le podemos encontrar a ese período.
      Un saludo

      Eliminar